El 10 de marzo de 2010, en el museo L'Iber de soldaditos de plomo de Valencia, el escritor Lorenzo Silva celebró la presentación de su nuevo libro "La estrategia del agua". Acto para el que pidió a nuestra presidenta, Araceli Santalla, hacerse cargo de la presentación, propiamente dicha, dada la relación existente entre su libro "El machismo no es el problema", prologado por el mismo escitor, con esta nueva novela de los guardiaciviles Bevilacqua y Chamorro.
A continuación os adjuntamos el texto de la citada presentación para todos aquellos que no pudísteis asistir y que conocéis, de lejos o de cerca, la obra de tan prolífico autor:
"Buenas tardes, en primer lugar agradecer a Lorenzo Silva que pensara en mí para presentar “La estrategia del agua” en Valencia y después, gracias a todos compañeros del foro de Lorenzo Silva, amigos y lectores por haber venido a este acto.
Como dijo el sr. Director del Museo, me llamo Araceli Santalla y quisiera añadir alguna cosa para situarles respecto a mi relación con la nueva novela de Lorenzo.
A partir de una experiencia personal, empecé una investigación sobre la relación de los celos patológicos y la violencia de pareja cuyas conclusiones publiqué en mi libro “El machismo no es el problema”. Después de 10 años de trabajo autodidacta, de realizar varios cursos y asistir a varios congresos sobre este fenómeno, comprendí que disponía de una información muy útil para la lucha contra la violencia de pareja sin distinción de género, por lo que también doy charlas sobre ello. Por otro lado, en la Asociación “Vive Sin Celos”, ofrecemos recursos y orientación a celosos conflictivos y a sus parejas para que puedan enfrentar mejor este trastorno, especialmente, en su variante agresiva.
Todo esto, aunque no lo parezca, tiene relación con lo que hago hoy aquí. Verán, nos encontramos ante una novela que no va a dejar a nadie indiferente. Es decir, que levantará pasiones en sentidos opuestos que quizá obliguen a su autor a dar más explicaciones de las estrictamente literarias. Y es que, si bien los 6 libros que lleva escritos sobre esta pareja de guardiaciviles se sitúan en la España contemporánea, con sus virtudes y sus miserias, en esta ocasión va más allá, pues pone en la mesa de autopsias, no sólo el cadáver sobre el que gira la trama, sino a la mismísima justicia española actual, representada aquí en la nueva y polémica ley de violencia de género. Una ley necesaria, como admite el narrador, pero discutible en tanto que olvida la presunción de inocencia de un hombre ante la simple denuncia de una mujer, o que considera a la mujer menos imputable que un hombre ante un mismo delito, por el mero hecho de ser mujer. Un tema, como todos saben, muy debatido últimamente en los medios, pues a nadie le es ajeno que está rasgando de arriba abajo las relaciones entre hombres y mujeres en una batalla que no va a tener vencedores.
Esta proyección social tan comprometida, dota a “La estrategia del agua” de una emoción añadida a la que logra habitualmente el autor acercándonos a los pensamientos de este psicólogo llamado Rubén Bevilacqua que acabó de guardia civil, ahora ya brigada, y a su relación con la cada vez menos joven y más sabia Virginia Chamorro, su compañera, ascendida a sargento. Me consta que no soy la única lectora que se muerde las uñas por saber cómo se resuelve esa falsa indiferencia afectiva que ambos tratan de fingir y a la que el autor da otra vuelta de tuerca en esta novela.
Pero como les digo, lo que más me ha conmovido y lo que me une, especialmente a este libro, es su nueva dimensión social. Tanto, que le dije a Lorenzo que iba a convertirse en el libro de cabecera de muchas personas, hombres e hijos principalmente, pero también de mujeres cercanas a esos hombres, víctimas de la furia y los celos de una maltratadora.
Miren, hay algo que no les he dicho. Y es que, aparte de lo que al principio hemos contado sobre mí, también fui una mujer maltratada. Por un hombre, por supuesto. De eso hace 10 años, los 10 años que vengo investigando este fenómeno. Pero como pueden comprender, esa fue la experiencia que me condujo a donde estoy ahora. Fruto de aquello es el libro que he escrito, un libro que, cuando sólo era un boceto, llegó a las manos de Lorenzo quien, comprendiendo su potencial, decidió respaldarlo escribiendo el prólogo con que hoy está publicado.
Mi punto de vista, entonces, no es distante y por eso sabía que tenía mucho que aportar a la lucha contra esta lacra. Como mucho tienen que aportar todas las maltratadas cuya opinión nunca es tenida en cuenta a la hora de redactar las leyes con que pretenden protegerlas o los protocolos con que piensan recuperarlas. Sin embargo, quienes hemos sido víctimas, tenemos mucho que decir. Y una de las cosas más importantes es que éste es un problema sin género que requiere un tratamiento sin género, por respeto a todas las víctimas, sean mujeres, hombres, homosexuales o lesbianas. Pero también por acudir a la verdadera raíz del problema, que no es el machismo, sino una suma de anomalías psicológicas que funcionan como un trastorno de la personalidad.
Pensemos que si la víctima no tiene un perfil predeterminado y previsible, tampoco el agresor ha de tenerlo. En cierto modo, el trabajo que yo hice con mi ex pareja para descubrir los mecanismos profundos de su conducta, es el trabajo que Vila y Chamorro hacen para dar con el asesino de turno. Igual que ellos, también yo hube de despojarme de prejuicios, tópicos y esquemas preconcebidos. ¿El premio? Dar con el verdadero asesino, cosa que en ambos casos conseguimos y en ninguno de los dos era el que parecía.
La tesis que argumento en mi libro es que el machismo no es el problema, pero ahora no es el momento de explicarlo. El caso es que Lorenzo con esta novela ha desafiado a las voces que más gritan, para poner en evidencia, desde la reflexión, la objetividad y la calma propias de sus investigadores de homicidios, lo que el sentido común de cualquiera de nosotros asume con su aplastante lógica: que la capacidad de hacer daño no es monopolio de los hombres, que la mujer no es más bondadosa que el hombre por el mero hecho de ser mujer, que a menudo, el padre puede ser más apto que la madre para tener la custodia de los hijos y que admitir todo esto, no resta derechos ni libertades a la mujer, sino que más bien, la dignifica por sus propios méritos. Yo, como víctima, no quiero que se me trate de un modo especial por ser mujer, pues no es mi condición de mujer la que me ha convertido en víctima. Del mismo modo, el agresor no ha de ser más castigado por ser hombre, sino por ser agresor. De otro modo, ¿qué clase de igualdad estamos enseñando a nuestros hijos? Pues quien defiende otra cosa creyendo que hace un favor a las mujeres, se equivoca.
Afortunadamente, cada vez hay más voces del lado de la lógica antes que de intereses económicos y políticos. Si bien, tampoco esto es suficiente para salvar la vida de muchos amenazados por la violencia de sus parejas. Como comprobarán cuando lean esta novela, todavía hace falta mucha estrategia y mucho agua.
Pero es un lujo contar en España con escritores como Lorenzo, que no sólo escriben bien, emocionan y entretienen, sino que además se mojan por la verdad y encima, lo hacen con recursos poéticos, filosóficos e incluso, musicales, logrando un efecto catártico y resucitador.
Les invito, pues, a experimentarlo leyendo este libro. Pero ahora les dejo con Lorenzo Silva, pues escucharle a él ya es toda una experiencia."
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