miércoles, 14 de julio de 2010

Araceli Santalla desmonta la peligrosidad del machismo en su última charla.

NOTA DE PRENSA 3 - Asociación VISC

Araceli Santalla, presidenta de la Asociación “Vive Sin Celos”, ofreció el pasado viernes, 9 de Julio una charla en Valencia, España, en la que volvió a desmontar la teoría del machismo como germen de la violencia de pareja.

Esta ex maltratada no se conformó con escapar de su agresor hace 10 años e iniciar una nueva vida lejos de los malos tratos. Ella le declaró la guerra a este fenómeno y decidió investigarlo de manera autodidacta para combatirlo desde sus cimientos. Mientras el mundo se dedica a luchar contra la violencia de pareja con políticas de igualdad, ella asegura que esta medida es ineficaz e insuficiente. En línea con el título de su libro “El machismo no es el problema”, Santalla minimiza el protagonismo del machismo en esta lacra y lo hace con diferentes y sólidos argumentos:

Por una parte, la violencia que un hombre ejerce contra su pareja-mujer pero no contra mujeres que no son su compañera, indica que su enemigo no lo halla en el sexo femenino, sino tras el rol afectivo que ésta mujer representa para él. Además, que esta conducta, generalmente afectada por unos celos extremos, la adopten mujeres contra su pareja-varón, pero también homosexuales de ambos sexos, nos obliga a descartar el machismo como motivador último de la misma.

Por otro lado, continúa, el incremento de jóvenes maltratadores cuestiona años de educación para la igualdad. Si el machismo lo explicara todo, se supone que en la época en que más esfuerzos se hacen para retirar de las nuevas generaciones los patrones machistas, debería observarse una paulatina desaparición de estas conductas en los jóvenes de hoy en día. Sin embargo, en 2008, la mayoría de agresores y víctimas tenía entre 18 y 30 años.

La reciente publicación de una estadística del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia sobre el índice de feminicidios en 40 países, también respalda esta teoría. Si bien, ante una explicación “pro-machista” del fenómeno cabría esperar que en países de tradición más liberal hubiera un índice menor de asesinatos de mujeres que en países de costumbres más patriarcales, la realidad es diferente: países del norte de Europa, como Finlandia, que lleva aplicando desde 1987 una de las políticas de igualdad más ambiciosas de la Unión Europea, presenta un índice de feminicidios que casi duplica al de España, país que junto con Italia se encuentra entre los últimos de esta trágica lista, muy por debajo de Alemania, Bélgica, Austria o Dinamarca. Santalla nos ofrece la siguiente lectura: “El machismo es el contexto social donde el celoso se encuentra cómodo, donde sus celos se mantienen a raya, pues la mujer que se somete a los parámetros machistas evita detonantes que agravarían las crisis del celoso. Si eliminamos este contexto sin eliminar los celos patológicos que el agresor padece, sólo conseguiremos provocarle. Y pasará como en las dictaduras, donde mueren antes los rebeldes que los sumisos. El celoso no deja de ser celoso tras eliminar el machismo, pero sí encuentra más justificadas sus paranoias y cede más fácilmente al impulso de castigarlas. Ninguno de los afectados, hombre o mujer, maltrata por odio al sexo contrario. Lo hacen porque confunden el origen de su malestar, creyendo que es externo (su pareja) cuando, en realidad, es interno (su trastorno afectivo)” concluye la investigadora.

Dejamos, pues, a la reflexión del lector las implicaciones que podrían derivarse de este novedoso planteamiento con el que la Asociación VISC reclama terapias eficaces y accesibles para todos los celosos y celosas agresivos.