martes, 2 de noviembre de 2010

Crónica del IV Congreso sobre violencia de género con la intervención de Araceli Santalla.

El pasado 27 de Octubre, Araceli Santalla, en representación de la Asociación VISC, impartió una ponencia en el IV Congreso sobre Violencia de Género de Villajoyosa. Sus sensaciones resultaron muy positivas, pues le comunicaron y fue consciente de haber aportado un punto de vista totalmente distinto al tradicional que rompió esquemas y como le aseguraron “les ayudó a comprender mejor a la maltratada y al maltratador”. Otros testimonios le informaron que fue la única charla en que aprendieron algo nuevo, ya que otros aportaron datos repetidos y enfoques idénticos a años anteriores. Araceli observó que hay muchas ganas y buenas intenciones en estos Congresos, aunque lamenta que todo ese empeño y energía se pierda en fórmulas que año tras año se demuestran ineficaces. Esto se advierte, además, en la frustración que abogados, jueces o policías manifiestan en cuanto a las medidas de protección oficial, ya que al final, todo se queda en manos de una maltratada que acaba perdonando a su agresor. Esta es una de las realidades que más preocupan y más desconcierto causan, pero gracias al testimonio de Araceli, basado en su propia experiencia como maltratada, pudieron entender mejor los porqués de esta conducta y adquirir una sensibilidad distinta para enfrentarlos y sin duda, atenderlos mejor.

Para ello también puso al alcance de los asistentes los folletos de VISC: El manual de autoprotección y el folleto de orientación para celosos agresivos. El manual de autoprotección para víctimas de violencia en su relación de pareja, ha resultado ser una herramienta muy iluminadora para hacer conscientes a víctimas de ambos sexos del trastorno de su pareja y de cómo enfrentarlo con seguridad. Nos lo dicen los propios afectados. De hecho, los ejemplares que 2 ertzaintzas se llevaron al País Vasco, ya han dado su fruto y hemos recibido la llamada de un hombre que se reconoció como víctima de la violencia celosa de su mujer. Así pudimos orientarle acerca del problema y esta víctima encontró respuestas que andaba años buscando, recuperó la confianza en sí mismo y se reconfortó con el descubrimiento de que no está solo, de que sí existe una Asociación que contempla su realidad y le ofrece una ayuda desinteresada. Estos son los frutos que más nos satisfacen de nuestro trabajo: el poder ofrecer una salida, un poquito de luz a personas que andaban totalmente perdidas en este fenómeno tan complejo y de tantos vértices.

Prueba del interés que despertó su intervención es que la ponente que le seguía, la psicóloga Isabel Iborra, representando al Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, hizo repetidas referencias a las reflexiones de Araceli, corroborándolas con otras palabras. En el descanso, la saludó con cariño y quiso intercambiar direcciones para mantener el contacto y quizá, realizar actividades comunes con su instituto.

Varias personas la buscaron, además, en los momentos de descanso, para intercambiar impresiones que siempre partían de una felicitación. Una mujer que se disponía a iniciar talleres para maltratadas quiso estrechar vínculos con VISC para futuras colaboraciones. Un periodista sensibilizado con la realidad del hombre maltratado, se mostró plenamente identificado con las ideas de Araceli y se lo comunicó con emoción. La concejala de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Villajoyosa también se presentó y la felicitó efusivamente. Una víctima que presentaba visibles secuelas de su tormentosa relación pasada, también se mostró muy identificada con la experiencia y conclusiones que de ella extrajo y expuso Araceli.

Todas las preguntas que se hicieron al término de las intervenciones de los 3 ponentes que compartieron la Mesa Redonda, se dirigieron a Araceli e insistieron en lo novedoso e interesante de su punto de vista.

Por otro lado, retomamos el contacto con una Casa de Acogida de mujeres maltratadas que se mostraron definitivamente interesadas en que Araceli les hiciera una visita y charlara con las chicas acogidas, pues han comprendido que su enfoque las ayudará para distanciarse consciente y consecuentemente de sus agresores, sirviéndoles, además, para reconstruir su autoestima, sabiendo que el problema está al 100% en la cabeza de su agresor y que ni el amor más grande puede curarlo. Pero que sabiendo cómo funciona, podrán detectar y mantenerse siempre al margen de relaciones similares, manteniendo sana su esperanza de encontrar un hombre que las ame correctamente.

En definitiva fue una experiencia enriquecedora que nos sigue animando a compartir y defender estas ideas en cualquier ámbito. Pues si bien no es el planteamiento políticamente correcto, al expresarlo con argumentos, gráficos, lógica y razones contrastadas, además de con la pasión de alguien que lo ha sufrido en su piel, el oyente, fuera de la influencia mediática o ideológica, no puede más que encajarlo y relativizar sus propios esquemas. Y es que de nada sirve atrincherarse en una ideología que parcializa este fenómeno por sexos cuando la realidad nos demuestra, cada día, que hombres y mujeres podemos ser tanto víctimas como agresores y que, en realidad, deberíamos estar todos en el mismo bando, el de las personas que quieren acabar con este problema desde su raíz. Así, con la suma de todos los esfuerzos, experiencias e ideas, seguro que podemos cambiar el trágico rumbo de esta lacra y quién sabe, quizá ser un referente para otros países.